Hech 2,
1-11: “Quedaron llenos del Espíritu Santo y
comenzaron a hablar”
Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban María y los
Apóstoles reunidos en un mismo lugar. De repente, un ruido del cielo, como de
un viento recio, resonó en toda la casa donde se encontraban. Vieron aparecer
unas lenguas, como de fuego, que se repartían, posándose encima de cada uno. Se
llenaron todos del Espíritu Santo y empezaron a hablar en lenguas extranjeras,
cada uno en la lengua que el Espíritu le sugería.