jueves, 5 de abril de 2012

SÁBADO SANTO: ACOMPAÑANDO A SU MADRE

«Un gran silencio se cierne hoy sobre la tierra; un gran silencio y una gran soledad. Un gran silencio, porque el Rey está durmiendo; la tierra está temerosa y no se atreve a moverse, porque el Dios hecho hombre se ha dormido y ha despertado a los que dormían desde hace siglos. El Dios hecho hombre ha muerto y ha puesto en movimiento a la región de los muertos…».

“El reflejo de María es el reflejo trágico de la soledad del Hijo, hundido en la oscuridad de la muerte; ella es expresión plástica de una Iglesia que toma en serio la muerte de su Señor, y con él la de todo hombre; ella es la personificación del hombre de toda época, solo ante la muerte, la propia o la de aquel que se ama; ella es la imagen perfecta de la actitud cristiana ante la muerte, mezcla de un dolor inevitable por ser humano y de una esperanza firme y serena, por estar fundada sobre la fe en Jesucristo que, muriendo, abre las puertas de la vida”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario